septiembre 28, 2007

Villa Giardino

En este momento, estoy en mi querido pueblo donde nací y me críe, Villa Giardino, en las Sierras de Córdoba. Hace ya una semana que estamos acá con Pepen, un poco por negocios y otro poco por trabajo. Explico, el 24 de setiembre es la fiesta patronal del pueblo. Es el día de la Virgen de la Merced y se hace una fiesta muy grande a la cual viene gente de todos lados. Es una fiesta que tiene una tradición ya que debe hacer como 80 años que se hace. Yo vine a participar de la fiesta pero, también a hacer un poco de negocio. Instalé mi stand de venta de chales, bufandas y demás hechas en telar con lo que nos defendemos con mi señora. Por otro lado, estamos construyendo una casa aquí, con la idea de venir a vivir en poco tiempo por estos lados, por lo que, estuvimos con el Pepen laburando como dos negros que somos. Pasamos el sellador por la pared del comedor, colocamos dos postigos, uno en la cocina y uno en el comedor, arreglamos el alambrado, (no les recomiendo hacer esto último en una zona como esta que tiene tanta piedra, ay! nuestra manitas) barnizamos los postigos y terminamos el baño. Parece fácil pero no lo es.
También estuve peleando un poco en la Muni, para que me arregle algunos entuertos y pagando algunos impuestos.
Estoy en mi lugar, en mi raíz. Mi familia a vivido en este lugar por generaciones. Me contaba una tía mía que cuando ella vino a este pueblo, de otro pueblo de los alrededores, aquí había dos o tres casas nada más, ella vió crecer este pueblo. Mi madre era más chica y no tiene tantos recuerdos.
Si alguno de los (pocos) que leen mis desvaríos, puede y quiere, venga a conocer esta primera maravilla del mundo. Villa Giardino y todo el Valle de Punilla. Se van a cansar de recorrer lugares bonitos, hermosos, maravillosos y de aquellos a los cuales no hay palabras para describir.
Simplemente quería decirles que estoy vivo, vivo en la blogosfera, y más vivo en este lugar que es MI LUGAR

septiembre 05, 2007

A días de la primavera

Signos inequívocos indican su llegada.

En varias casas las plantas de ciruelas se han vestido de novias.

Al salir a la calle veo ojos de hombre saltando porque ha

crecido la piel en las pibas.

Papeles, hojas secas y polvo juegan a la calesita al costado de un

árbol, -El diablo salió por ahí- dicen las viejas en mi pueblo.

Las banderas aplauden y los sauces confundidos, pensando tal

vez, que es para ellos la ovación hacen grandes reverencias.

Un sombrero desafió a una gorra a ver quien llega primero hasta

la esquina, detrás sus dueños intentan ser obedecidos.

Otra piba, sin pensarlo y tal vez también sin saberlo juega a ser

Marilyn.

De pronto todo se calma, sólo un minuto y luego la ronda

vuelve a comenzar.