diciembre 27, 2006

VIENTO


Era el viento.

Era el ulular del viento.

Era el polvo.

Era la tierra volando por doquier.

Los hombres salían con pañuelos tapando su boca y nariz, y el sombrero

atado, con túnicas, pero aunque fuera poco el tiempo que salieran al volver

y sacarse la ropa se formaban montoncitos de polvo que eran mayores si

estaban todo el día afuera, trabajando.

Las mujeres refunfuñaban, barrían una habitación, limpiaban los muebles,

pasaban a otra habitación y al terminar con ésta debían comenzar con la

primera nuevamente.

Los juguetes de los niños quedaban enterrados si nadie los levantaba por la

noches y nunca más se sabía de ellos.

Era la lucha del hombre contra la naturaleza.

Un día, cansado, un hijo se fue, al otro día otro se sumó. Después murió un

anciano.

Más tarde una familia completa emprendió la retirada. De a poco se fueron

yendo o muriendo todos, hasta que al final no quedó nadie, sólo el pueblo,

un pueblo fantasma.

Cinco años después, uno de los hijos regresó en busca de su padre, pero

nada encontró. Nada había.

Nada más que viento.

Nada más que el ulular del viento.

Nada más que polvo.

Nada más que montañas de polvo y tierra.

diciembre 10, 2006

Para y por León II

Hoy el “León” ha regresado
La familia conmovida
La alegría desbordante
¿Dónde estuvo el atorrante
Que a todos nos tuvo en vilo?
Una cosa es segura
El no se fue por si solo
Algún perro lo ha corrido
Un humano lo ha llevado
Hoy ha vuelto muy nervioso
Asustado, tembloroso
Pero sabe que está en casa
Y ya se le irá pasando
Nuestra angustia duró un día
Por un gatito atorrante
Al que nosotros amamos.
Y vuelvo a la analogía
¿Estos milicos de mierda
Nunca tuvieron un hijo
Algunas horas perdido?
¿Cómo pueden treinta años
Mantener: “Que bien actuamos”?
Tal vez se creen valientes
Por matar y torturar
A esa gente indefensa
Pero estos tipos que creen
Ser héroes olvidados
Dicen al ser preguntados
Por sus acciones de campo
“Yo no fui, Yo no estaba”
Los estamos amenazando
Con la justicia del hombre
Que es falible pero existe
Tal vez irán a la cárcel
Y su familia sabrá
Donde están y cómo están
Pero a los que ellos hundieron
En el fango del olvido
Resucitan, gritan, vuelven
A exigir ¡JUSTICIA! ¡AHORA!
Y estos “héroes” se esconden
En vez de decir a gritos
Lo hicimos, fuimos nosotros
Tal vez ahora ellos puedan
Eludir esta justicia
Que ya dijimos es falible
Y también es la del hombre
Pero lo que si sabemos
Es que a la otra Justicia
La Divina, la de arriba
Esa no la esquivarán
Y en el infierno arderán
Por los siglos de los siglos.

Pino-noche

Se murió, que lástima, yo quería que siguiera vivo para que lo condenen por todas las mierdas que hizo. Tendríamos que inundar a Chile de mails pidiendo que no le concedan los honores de presidente. No tendría que haber honores para dictadores de facto, que no sólo son dictadores, sino tambíen son ladrones, disfrazados de señores. El infierno está de fiesta, ahi si que lo reciben con los mejores honores. Espero que en Chile ahora en vez del Pino-noche usen el Pinoluz y limpien toda la mierda.

diciembre 07, 2006

Para y por León


Hoy desapareció nuestro gato
Hoy no ha venido el “León”
Yo no sé si lo veremos
No sé si lo encontraremos
Hace tiempo ya pasamos
Por un caso similar
Con “Felina” otra gata
Cuatro días de angustias
Hasta que apareció muerta
En cercano descampado
Esta angustia que hoy yo siento
En nada se le compara
A la angustia de los padres
Con hijos desaparecidos
Y pienso, digo y declaro
Estos milicos tan putos
¿Nunca en su vida tuvieron
Un gato que se haya ido
Un perro que se haya muerto?
¿No saben lo que es estar
Oteando el horizonte
Viendo cada movimiento
Esperando que él ya entre?
Es mi gato el que se ha ido
A nadie importa un comino
Mas pienso en aquella gente
Que un hijo, un nieto han perdido
Yo no sé si eran buenos
Yo no sé si eran malos
¿Que pensaban diferente?
Eso no es ningún pecado
Si no les gustaba hubieran
Dentro de la ley actuado
Mas aún hoy a treinta años
Estos milicos roñosos
Sostienen que bien actuaron
Que lástima nunca perdieron
Algún ser bienamado
Sin saber lo que ha pasado
Sin saber lo que ha sentido
Tal vez mi gato no vuelva
Tal vez alguien lo ha llevado
¿la identidad le ha cambiado?
Si lo sueltan, si lo dejan
Volverá al nido volando
Y espero que aquellos nietos
Que sienten hoy el llamado
Hagan como hacen los gatos
Y vuelvan a su familia
Que allí los están esperando


OJOTAZETA

diciembre 06, 2006

Fiestas?

Estuve por ahí ojeando otros blogs en dónde se habla de las fiestas, fender y algún otro que en este momento no recuerdo. Es cierto a muy poca gente le gustan las fiestas, personalmente no tengo nada en contra de ellas. Tengo muy buenos recuerdos de lo que eran las fiestas cuando yo era chico, sí, hace mucho. Si bien mucha guita mi familia no movió nunca, tampoco nunca nos faltó algún regalito para Navidad y después cuando yo fuí un poco más grande me gustó hacer regalos a mis primos y hoy a mis sobrinos cuando estoy con ellos. Pero sí se algo, no necesito de
las fiestas para pasarlo bien con mi familia o con mis amigos, tal vez necesito las fiestas por que debido a que tengo un familión es imposible que me acuerde de todos los cumpleaños y entonces es una buena excusa para llamar a tíos, primos y sobrinos y en la distancia escuchar sus voces y desearles felicidades. Quisiera que en estas fiestas nadie tenga que negociar con nadie y que cada uno pase las mismas con quien se le cante porque para eso son, para ser felices y si vos sos feliz con tus amigos y bueno pasala con tus amigos y si después de todo te das cuenta que todos los diálogos que tenés con tu viejo o vieja o hermanos durante el año son pura pelea pero que si no los tenés unos días los extrañas entonces pasalo con tus viejos, hermanos, primos o quien coño sea pero sin caretear, discutiendo como siempre con ellos y deseandole felicidades como podés hacerlo durante todo el año pero nunca te animás. Y si no, pasalo sólo y cuando llegue no sé, el 16 de abril andá y deseale un feliz año a quien vos quieras, que los deseos de felicidad no sean solo patrimonio de las fiestas. Que se yo, será que soy un viejo resblandecido, pero, extraño a mis hijos cuando no están y me encanta cuando nos juntamos a comer un asado y pasamos horas sentados en la sobremesa contando chistes y siempre las mismas anécdotas que siempre parecen nuevas. En mi casa es a fin de año y después durante el año aunque sea una vez por mes. Ma sí, que se yo, Felicidades pa todo el mundo y hagan lo que se les cante el....

diciembre 03, 2006

Yendo o viniendo

Si te cuento lo que me pasó no me lo vas a poder creer.
¿Te cuento?.
Bueno pero después no digas que no te avisé.
Andaba caminando por la pradera en uno de esos típicos días de primavera, con el sol jugueteando en mi espalda.
Debe haber sido en los primeros días de Abril…
¿Cómo? ¿Que abril es otoño y no primavera? Está bien, pero yo estaba en el norte…
Que? Estados Unidos? Canadá?
No, no, en Salta, bueno como te iba diciendo, iba caminando por la pradera y algo llamó poderosamente mi atención.
En dirección a mí venía caminando algo azul y me miraba con su único cuerno. Lo reconocí inmediatamente, si, sí, claro, seguro que era el de Silvio.
Se me dibujaron los pesos en los ojos. …
¿Qué como me miraba con el cuerno? Ahora que lo pienso…, debe ser por eso que no me vió y pude agarrarlo tan fácil. Claro, un ojo para cada lado.
De cualquier manera, eso no viene al caso, la cuestión es que busqué algo con que atarlo, da la casualidad que justo veo que pasa una liana, ahí nomás la tomé y sentí un golpe sordo como de algún cuerpo que caía.
Me doy vuelta y lo veo a Tarzán, que iba en esa liana, imaginate, yo lo frené de golpe…
si, si, bien de golpe,
pero como iba yo a saber que él pasaba por ahí?
Bueno, no importa, él está acostumbrado a los golpes, así que yo até al Unicornio en una piedra redondeada que encontré allí y lo dejé pastando.
Ahora tenía que avisarle a Silvio, pero cómo?
Busqué en los alrededores y encuentro una cabina de teléfono… ¿Qué? ¿Un locutorio? No, no, una de esas típicas cabinas que hay en las rutas y ciudades, cuadradas, de vidrio.
Me acerco para llamar y alguien me empuja y pasa primero.
-Eh!, le digo, ¿Qué te pasa?
Pero ahí me di cuenta que era Clark, me quedé tranquilo, pensé
–es cosa de un segundo, seguramente alguna emergencia por aquí cerca.
Pero el tipo no salía.
Por el contrario, apurada como él también entro Diana.
Yo pensé que debía ser grande la emergencia para que Superman y Mujer Maravilla tuvieran que actuar juntos y por lo que vi, debe haber sido así nomás porque apenas entró Diana empezaron a sacarse la ropa y se ayudaban el uno al otro, pero después no pude mirar más por que se empañó el vidrio de la cabina y seguían sin salir.
Decidí buscar otro medio para darle la buena nueva a Silvio.
Busco y busco, al pasar por una plaza, descubro en la rama de un árbol al Palomo Mensajero.
Si le pido a él, seguramente me hará la gauchada y le llevará el mensaje a Silvio, me acerco para hablar con él y en ese momento un ruido espantoso hace que yo me tiré de cabeza al suelo, se sintió una fuerte explosión y cuando pude levantar la cabeza veo que el árbol no estaba más.
En su lugar, destruido, un avión extrañísimo y saliendo del mismo a Piernodoyuna rezongando y a Patán riéndose, obviamente, del palomo ni noticias.
Maldiciendo mi mala suerte, sigo con la búsqueda de algún medio de comunicación.
En la otra punta de la plaza veo un indio Sioux haciendo señales de humo… (1)
¿Qué? ¿Qué hacía un sioux en Salta? Que se yo, creo que había una convención de indígenas.
La cuestión es que estaba ahí y listo para enviar mensajes.
Le explico lo que pasa y el me dice que en cuanto retransmita el mensaje que está recibiendo le dará curso al mío.
Curioso le pregunte que decía el mensaje, me miró y me dijo
– Hay humo en el horizonte.
Y yo le digo
- si, ya sé que hay humo en el horizonte pero ¿Qué dice?
Y él vuelve a repetirme
–Hay humo en el horizonte.
Así le repregunté tres o cuatro veces y el tipo seguía
–Hay humo en el horizonte.
Que querés que te diga, me saqué y le di unas cuantas patadas en el traste para que no me cargara más.
Cuando me estoy alejando siento que el sioux se quejaba y decía
- ¿Qué culpa tener yo que mensaje decir “hay humo en el horizonte”?.(2)
Mi problema de fondo seguía sin resolverse.
Caminaba buscando una solución y pensando en como reunirme con los cien mil o un millón que prometió Silvio cuando veo una polvareda acercándose.
Al llegar junto a mí, se detiene y me dice
-¿Voy bien p’al sur, chei?
En ese momento, lo reconocí, era Patoruzito montado en su fiel amigo Pamperito.
¿Cómo que hace ahí?¿No te dije que había una convención de indígenas?.
Dejame que te siga contando, yo pensé que podría aprovecharme del buen corazón de Patoruzito y entonces le expliqué mi problema. Bah! En realidad le conté del pobre Silvio, que está desesperado porque perdió su unicornio y que yo lo encontré y que quiero avisarle pero que no encuentro la forma y entonces él se ofrece a ir a buscarlo que en definitiva era lo que yo quería, obviamente no le dije nada de la recompensa, primero porque no quería que pensara que sólo me interesaba eso y segundo por que no la iba a compartir con él que es dueño de media patagonia y puede nadar en plata ¿no te parece?
Patoruzito se despide de mí diciendo
–gueno, si p’allá iba p’al sur doy la guelta y voy p’al norte, hasta Cuba no paro y no te preocupes que al Silvio ése yo te lo traigo, pues.
Ya más tranquilo y convencido que Patoruzito traerá a Silvio vuelvo al lugar donde dejé al unicornio pero no lo encuentro, no está, lo dejé pastando y desapareció igual que como le pasó a Silvio.
Veo que sentada al lado de un árbol hay una liebre descansando, entonces le pregunto:
-¿Ud hace mucho que está acá?¿No vió un unicornio azul que yo había dejado atado en una hermosa piedra redondeada?
Y ella me contesta
– Sí, hace rato que estoy acá, esperando a ver si esa tortuga me alcanza pero jamás me ganará ja, ja, ja. Y sí, al unicornio lo ví pero no estaba atado a una piedra sino a otra tortuga.
-¿sabe para donde fueron? Le pregunto y me dice
– la verdad que no. Porque me quedé dormida, a propósito que hora es?
– Las siete y diez de la tarde, le digo, pegó un salto y salió disparada gritando
– voy a perder, voy a perder, y yo le grito
– deme algún otro dato antes de irse que me ayude a encontrarlos.
Y desde allá muy lejos oigo la voz de la liebre que me grita
–Manuelita! La tortuga se llama Manuelita.
Y ahí me quedé yo con el gran dilema.
¿Manuelita estaría yendo o viniendo?